NCAA2011: Mizzou

(publicado el 24 de enero de 2011)

De entrada se lo habré de confesar, tengo especial debilidad por esta Universidad de Missouri, lo mismo ya me lo notaron cuando les solté aquel otro ladrillo de hace un par de años. Poco queda de aquel equipo… es decir, poco queda de los jugadores que integraban aquel equipo porque de su filosofía queda todo, el maravilloso caos controlado que preconiza mi admirado Mike Anderson, esos cuarenta minutos de baloncesto en el infierno que aprendió en Arkansas a la vera de su maestro Nolan Richardson y que ya experimentó con éxito en la Universidad de Alabama-Birmingham antes de su aterrizaje en este campus de Columbia: velocidad en las transiciones, presión por momentos asfixiante, ritmo altísimo, constantes rotaciones no vaya a ser que se le revienten las criaturas… Claro está que para llevar a cabo ese plan resulta necesario disponer de un amplio elenco, lo cual no es ningún problema para Anderson porque puede bien a gusto rotar a diez tíos (todo un lujo tratándose de baloncesto universitario) sin que se le resienta en absoluto la intensidad sobre la cancha. Por clasificarlos de algún modo, podríamos establecer una primera unidad (titulares, como si dijéramos) integrada por Michael Dixon Jr. (base hiperactivo, con cierta propensión a que se le vaya la olla), Marcus Denmon (la verdadera estrella de este equipo), Kim English (tirador puro y duro, va a ser cosa del apellido), Justin Safford (chico para todo) y Ricardo Ratliffe (lo único lejanamente parecido a un pívot); y una segunda unidad formada por Phil Pressey, Kreklaw, Matt Pressey, Bowers y Moore. Y aquí me van a permitir que abra un capítulo aparte con los hermanos Pressey, hijos ambos dos de aquel Paul Pressey que a quienes empezamos a seguir la NBA a mediados/finales de los ochenta aún nos trae gratos recuerdos (de aquellos Bucks, de aquellos Spurs), y que a día de hoy se gana muy bien la vida ejerciendo de asistente de Byron Scott en los Cavs. El mayor de sus retoños, Matt (recién llegado a Missouri desde un JUCO, por lo que ya está en su año júnior), es un buen jugador sin más, un escolta apañadito, de anotación fácil y adecuada velocidad para el ritmo que se gastan estos Tigers; ahora bien, el pequeño, Phil Pressey(quédense con este nombre, háganme el favor), es una auténtica delicia, un eléctrico base freshman de manos rapidísimas y actividad incesante en defensa y de insolente descaro (a veces incluso demasiado) en ataque, que acaba de llegar como quien dice (y encima una avería en un dedo le retrasó su puesta en escena) pero que se comporta como si llevara ya toda la vida en el campus; como si Mike Anderson lo hubiera creado a su imagen y semejanza, créanme que no se me ocurre otro base más adecuado para este estilo de juego, como tampoco se me ocurre otro líder mejor (si no comete locuras, claro) para este equipo en los próximos tres años. Pero no vayamos tan deprisa, quedémonos aún en este año en el que él y sus compañeros volverán a ser los principales culpables de que estos Tigers de Missouri (Mizzou para los amigos) lideren a toda la nación (es decir, a los trescientos y pico colleges que integran la primera división universitaria) en recuperaciones de balón, en pérdidas provocadas al rival, en puntos anotados a partir de dichas pérdidas… Para los contrarios una pesadilla, para los suyos y para los neutrales una gozada, una verdadera fiesta que habrá de continuar otro año más (y van…) cuando llegue marzo. Al tiempo.